Hoy sabado, tengo insomnio.
Mi mente está cansada, pero sigue áctiva para unas horas más.
Debo terminar el puto libro, que está muy bueno.
Me gusta leer, no sé si lo sabías. Le hablo a alguien, no existente.
No sé, es como decir que no existe el sonido de una piedra callendo al suelo, si nadie escuchó eso.
Deja de ser sonido, al no ser escuchado.
Soy un no leido, por eso dejo de ser un texto. Soy un alguien que expresa en las letras lo complicado que es entender algo, algo tan simple como que te gusta leer, ahora si tu lees esto, ya lo sabes. Si tú no lo lees, me importa poco.
Quiero dormir un buen rato, pero no, después despierto aweonao y con escalofríos, algo bastante molestoso.
Aprovecho la oferta del 2x1. ¿Cual oferta? preguntarás tu persona que no existe. La respuesta es tan simple, que no la sé. Estoy improvisando estas palabras, incoherencias mejor dicho.
Ahora prometo ir a leer el libro que puta que está bueno, te lo recomiendo persona inexistente, ¿quiéres saber su nombre? ¡responde! Bueno, tu te lo pierdes.
Te doy cinco segundos para decirme, repito ¿Quiéres saber su nombre?
Te lo diré aunque no me lo preguntes, su maldito nombre es:
